PH: PEDRO PORTAL - EL NUEVO HERALD
|
“En los últimos 300 metros piensas que te vas a morir. Ya no das más. Cuando llegas,
antes de que te den la medalla, sientes que te moriste, cuando abres los ojos es como
si volvieras a nacer. Una suerte de orgasmo. Si no hay sufrimiento no hay placer.
El maratonista que te diga lo contrario, no le creas”, reconoció Goldberg.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario